Uso de las calculadoras en clases

Las clases, en los diferentes niveles de formación, buscan que los estudiantes agilicen su capacidad lógica y nutran su intelecto. En ese sentido, específicamente en las clases de matemáticas, el uso de la calculadora siempre ha sido controversial.

Tanto los que piensan que no debe usarse, como los que aseguran que sí, tienen motivaciones bastante válidas y como nadie es dueño absoluto de la verdad, lo más idóneo es exponer las razones por las que su uso puede ser de beneficio para los estudiantes.

Una vez evaluados los motivos, cada individuo puede tomar la decisión a consciencia sobre usarla o no, dependiendo de sus objetivos personales. Lo cierto es que los inventos que ha dejado la tecnología, están para ser aprovechados y sacar de ellos el mayor beneficio.

Defensores de no usar la calculadora

Algunos puristas de las ciencias matemáticas aseguran que todo niño debe aprender a resolver operaciones matemáticas sin el uso del artefacto electrónico. Su razonamiento es que al aprender de esta manera, no van a depender en ningún momento del uso de la calculadora.

No se trata de demonizar el uso de este material de apoyo, pues al final la calculadora no sustituye al aprendizaje. Todo estudiante debe seguir practicando y aprender a resolver las operaciones matemáticas por sí solo. Pero, ¿qué pasa cuando hay alumnos con dificultad para el aprendizaje matemático?

Es en esos casos cuando la calculadora toma una importancia trascendental en la educación y evolución del individuo, que no debe quedarse atrás respecto de sus pares, por no tener la facilidad en la materia que otros sí poseen.

Uso de las calculadoras en clases

Motivos por los que sí usar la calculadora en clases

El uso de la calculadora en clases está relacionado directamente a lograr una actitud más positiva hacia las matemáticas, adquirir destrezas en el cálculo y facilitar la comprensión de conceptos y la resolución de problemas.

Expondremos algunos ejemplos en los cuales el uso de la calculadora, lejos de perjudicar, favorece a los estudiantes en su evolución educativa.

  • Mecanismos para resolver problemas: Dentro de la matemática, es más importante el proceso de investigación y el análisis del problema, que solo encontrar el resultado correcto. En estos casos, la calculadora resulta ser una herramienta de gran utilidad en cuanto al ahorro de tiempo al momento de resolver operaciones matemáticas, dejando que los estudiantes dediquen más minutos en analizar la situación planteada.
  • Desarrollo de la capacidad de crítica: Usar la calculadora como un dispositivo de apoyo ayuda a que se fomente una especie de espíritu crítico, así como la capacidad para detectar algún error. Si un estudiante realiza una operación matemática de manera manual, puede usar la calculadora para confirmar el resultado y en caso de ser distintos, puede ir atrás y revisar en dónde cometió el error.
  • Mayor agilidad en las operaciones de cálculo: En muchas ocasiones los profesores establecen un tiempo para la aplicación de una evaluación y frecuentemente el estrés del estudiante, ralentiza su proceso. Usar la calculadora en esta situación brinda más seguridad a la hora de resolver las operaciones matemáticas.
  • Favorecimiento en la relación de conceptos: Cuando el estudio de las matemáticas se vuelve tedioso, la calculadora sirve como apoyo para hacer que la experiencia sea más flexible y dinámica. Apoya al estudiante en la comprensión de los conceptos y a relacionarlos más allá de la obtención de un resultado.
  • Enriquecimiento de la capacidad de comprensión: La calculadora ayuda a automatizar las operaciones aritméticas. En ese sentido, ayuda a que sus usuarios presten mayor atención a la interpretación de resultados y a comprender el desarrollo de las operaciones.